El Ventilador Que Estuvo Encendido Durante Diecisiete Años, Tres Meses Y Doce Días.

Lo compro Ramiro Fuentes Fuentes, y lo compro al día siguiente en que consiguió el trabajo como encargado de una caseta en una carretera, le toco en la caseta que desde antes que el llegara y aun después de que el se fuese seguiría abierta, era la caseta que nunca se cerraba y era, al igual que todas las casetas, el pequeño cuarto donde siempre, fuese día o noche, invierno o verano, siempre hacia calor. Por eso Ramiro Fuentes Fuentes compro el pequeño ventilador de cincuenta pesos que vio en el mercado local de su pueblo, por que tenia calor. Normalmente los trabajadores de las casetas no gastaban nada para la caseta, por que los que les pagaban era poco de todos modos, pero Ramiro fue la excepción, el si compro un ventilador.
Ramiro llego y clavo el ventilador en el techo, lo conecto a un olvidado enchufe y encendió el ventilador en la única velocidad que tenia, inconscientemente también acomodo un mueble en su intento de salir de la caseta a la hora del almuerzo, Ramiro, entre otras cosas, también era muy gordo; pasarían veintiún años y tres días para que ese mueble, que a su vez tapo el enchufe en donde se había conectado el ventilador, volviera a moverse de ese lugar.
A la hora en que Ramiro terminaba comenzaba a trabajar otro trabajador, a la hora en que el otro trabajador terminaba comenzaba a trabajar otro trabajador, a la hora en que ese otro trabajador terminaba de trabajar comenzaba a trabajar Ramiro, la caseta nunca se cerraba.
Además de que siempre la caseta estaba ocupada por alguien había otra cosa que nunca cambiaba: siempre hacia calor, por eso nadie apagaba ni intentaba apagar el ventilador, por que hacia calor.
Ramiro fue despedido tres años, cinco meses y tres días después de haber comprado el ventilador. La última vez que Ramiro estuvo en la caseta el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor.
Daniel fue contratado exactamente el día que Ramiro fue despedido y entro a la caseta por primera vez tres años, cinco meses y cuatro días después de que Ramiro comprase el ventilador. Cuando Daniel entro el ventilador estaba encendido y aun hacia calor.
Daniel murió en un accidente automovilístico cinco años, dos meses y diecinueve días después de que Ramiro comprase el ventilador. La última vez que Daniel estuvo en la caseta el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor.
Nadie sustituyo oficialmente a Daniel hasta seis años, un mes y un día después de que Ramiro comprase el ventilador. Mientras sustituían a Daniel el ventilador siempre estuvo encendido y siempre hizo calor.
El día que Graciela entro por primera vez en la caseta el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor.
Graciela se divorcio de Fernando, su marido, doce años, dos meses y veintiocho días después de que Ramiro comprase el ventilador. Ese mismo día decidió que lo mejor era regresar a casa de su madre. Graciela estuvo por última vez en la caseta doce años, tres meses y dos días después de que Ramiro comprase el ventilador. Ese mismo día Graciela renuncio. Cuando se fue el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor.
Nadie sustituyo oficialmente a Graciela hasta doce años, tres meses y doce días. Mientras sustituían a Graciela el ventilador siempre estuvo encendido y siempre hizo calor.
La primera vez que Fabricio llego a la caseta el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor.
Fabricio se enfermo quince años, once meses y nueve días después de que Ramiro comprase el ventilador, tenía gripa, fue a trabajar, quería apagar el ventilador pero en ese momento tuvo que atender a un usuario de la carretera, Fabricio no volvió a recordar la existencia del ventilador, jamás.
A Fabricio lo asaltaron y le dispararon dieciséis años, nueve meses y doce días después de Ramiro comprase el ventilador. Fabricio murió ese día. La última vez que Fabricio estuvo en la caseta el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor.
Ramiro volvió a trabajar en la caseta dieciséis años, nueve meses y veintidós días después de que comprase el ventilador. Cuando volvió a entrar a la caseta el ventilador aun estaba encendido y aun hacia calor. Ramiro no recordaba haber comprado ese ventilador, ni el ventilador ni Ramiro eran los mismos, seguramente el ventilador tampoco hubiese recordado a Ramiro.
Diecisiete años, tres meses y doce días después de que Ramiro comprase el ventilador paso algo diferente, Ramiro sintió más calor, mas de lo normal, volteo a mirar al ventilador y vio como salía humo de el. El ventilador se había dañado, dañado para siempre. Así son esos ventiladores chinos, pensó Ramiro, no duran nada.